KRISHAN. EL HIJO DEL SOL

martes, 30 de agosto de 2011

KRISHAN. EL HIJO DEL SOL


Queridos amigos de KRISHAN. EL HIJO DEL SOL, quiero compartir con todos ustedes, seguidores de la historia que está por comenzar:

Portada y contraportada del libro - Ilustración realizada por la gran artista argentina residenciada en España, Marta Rivera Ferner -

Les dejo un inmenso abrazo de luz

Juan Pomponio

martes, 16 de agosto de 2011

KRISHAN Prólogo, por Karina Mariposa Roldán ©




Vivimos para aprender. Cada día vamos y venimos por diversas realidades. Es bello reconocernos en el otro y empezar a distinguir una luz amiga, una luz que tal vez se apagó con el tiempo y el adormecimiento colectivo arrasó nuestra memoria. Somos fecundos y en el andar captaremos la energía cíclica del Sol y de la Luna, para Ser sin máscaras y permanecer auténticos, puros, por naturaleza universal.

De esta manera sutil y conmovedora se acercó a mi vida Krishan. El hijo del Sol. La fantástica historia de un guerrero solar que trae consigo la marca del Fuego Antiguo y la sabiduría de los tiempos. Cuenta la leyenda que desde muy pequeño fue adiestrado por grandes maestros de Kumer, la capital de los atardeceres, para realizar sus traspasos dimensionales hacia diversas realidades. Más tarde y percibiendo el claro llamado de su voz interior, realiza su primer viaje hacia el Mundo Gris, encontrándose con una realidad alarmante. En el Camino surgirán diversos personajes, guerreros de universos paralelos que trabajan desde la conciencia luminosa para la transformación de ese mundo. Krishan. El hijo del Sol peregrina la vida con un mensaje de armonía y comprensión humana. Ha sido criado desde los ecos de una sabiduría ancestral y deambula a través de extraños planos existenciales, dirigiéndose hacia Zeka –la Comarca del Tiempo sin Límite- en una travesía nada utópica. En Krishan resplandece aquél fuego sagrado y compartirá su senda sembrando semillas de luz, para que muchos puedan alcanzar el conocimiento de sí mismos, hacia la revolución de una conciencia renovada y en paz, actuando con inteligencia y en estado de amor.

Estamos frente a una historia fantástica en el sentido literal, que atraviesa las agujas del tiempo. Krishan nació y creció para que sepamos de qué modo lucha un guerrero sin armas de fuego más que el amor impregnado en su corazón y el cultivo de las artes como medio de sanación física y espiritual. Se trata de un relato que exhibe pasión por la naturaleza, con un despliegue de recursos literarios que seducen y embellecen nuestra imaginación. Una trama intensa bajo una pluma ágil que sabe atrapar la atención que no se dispersa, y que todo el tiempo nos hace reflexionar con sus mensajes para discernir. Obra de ficción, obra de misticismo y enigmas. Enseñanza y sabiduría contemplativa que su autor filtra por las venas, utilizando un lenguaje metafórico en clave de poesía.

Juan Pomponio Castiglione posee una prosa de auténtica belleza espiritual y el libro sugiere desde el inicio un recorrido con los sentidos dispuestos a embeberse de su fragancia milenaria. Voz de un alma que sostiene el ritmo sincrónico de nuestra humanidad enlazada con el Universo. Su poesía transmite y propala una naturaleza que ayuda a cultivarnos, a entender que dentro nuestro habita un guerrero solar dispuesto a arriesgarse por lo que cree una justa misión para cumplir en la vida. Hombres y Mujeres somos un fragmento de Krishan. Buscadores de sueños que se materializan por la fuerza del amor y del coraje inquebrantable. Novela alquímica, genuina y cubierta de imágenes cinematográficas, de pueblos y ciudades que uno ve con los ojos cerrados y aspira con el corazón dispuesto a soñar.
“-El amor tiene que ser el mayor protagonista de la existencia, dejar que todo sea como dicta nuestro corazón, un fluir constante, sin atascarse en el pasado, ni pensar en lo que vendrá. Nada de eso existe, es tan sólo mente. Cuando uno anula el pensamiento, el tiempo se detiene y aparece la inmortalidad-”.



La voz de Krishan resuena y convoca a su lectura de principio a fin. Un aprendizaje constante para hallar la luz en el Camino que nos conduce hacia nuestra propia verdad.




© 2011 Karina Isabel "Mariposa" Roldán



@Mariposaroldan (Twitter)

Coreógrafa, Maestra de danzas, Directora, Bailarina, Escritora

viernes, 5 de agosto de 2011

NACIMIENTO (Capítulo 1)


Amanece en la capital de los atardeceres. A lo lejos se divisan pequeñas luces que titilan moribundas. Flota una melodía que llega misteriosa, apenas perceptible. En Kumer, región legendaria situada en el país del Más allá, la realidad solo transcurre en el tiempo de ahora.Una esfera de fuego emerge desde las aguas del río Tahal, iluminando la comarca como una fogata encendida sobre el horizonte. Despiertan los Serafines y cantan alabanzas de bienvenida. Los pájaros enloquecen recibiendo al nuevo día con un festival de coros alucinados. Aún se distinguen las calles bajo la escarcha, un perro negro cruza desdibujado entre la ventisca de nieve. Una mujer camina llevando su bolsa de pan mientras de las chimeneas brota el humo de las salamandras. Casi nadie se atreve a transitar pues el frío se incrusta en los huesos del alma.Kumer es una región de extensas plantaciones frutales que permanecen dormidas durante el invierno, esperando la llegada del sol. Las laderas empinadas muestran un poblado de calles empedradas y pendientes muy pronunciadas, laberintos, pasadizos y puertas dimensionales que transportan.Marlek, recostada en su lecho, siente la respiración agitada. Junto a ella, Zoyara, su maestra, la toma de sus manos y advierte la frialdad que contrasta con las mejillas febriles. Una sensación nauseabunda y de dolor desconocido atraviesa su estómago perforándola con fuertes espasmos. Las contracciones gimen por dentro y la retuercen sin compasión. En la redondez de su vientre que resalta como una luna gorda palpitan los movimientos del pequeño. La piel de Marlek se asemeja a los pétalos de las flores que brotan con los duraznos del verano. Su cuerpo hinchado de amor ya no puede soportarlo. Sus pechos llenos de leche esperan con ansias. En su rostro bruñido se vislumbra un profundo estado de paz. El ombligo, un botón que pretende abrirse como una rosa minúscula, pulsa el capullo. Aquel niño que buscó casi con urgencia puja salvaje para ingresar a la vida. En esa vieja cama, perteneciente a la casta de sus antepasados, Marlek recostada en la cabecera y sujetando los barrotes de bronce sufre las puñaladas que excavan sus entrañas. La hora marcada por el reloj ha llegado.Jadeando y sumida en un solo grito, respira profundamente sintiendo como se desgarra con el último pujo ante un mundo de aguas templadas. El milagro se encuentra vivo y en los brazos de la amada maestra. Un niño llega a Kumer casi sin llorar, liberando un sonido extraño como si una gota cayera sobre un estanque. Su nombre ya había sido designado por las mujeres, se llamaría Krishan.Zoyara, la partera que había sido nombrada por las Maestras Mayores para seguir bien de cerca todo el proceso del nacimiento, lo sostenía estremecida. Un destello dorado ingresa por la ventana iluminando la precariedad del cuarto. Con un gesto de reverencia agradece la llegada de esa luz.Marlek descansa, su mente divaga entre los pensamientos que le traen diversas imágenes que sueña despierta. En esas ensoñaciones ve su infancia, cuando correteaba entre las columnas del Templo de Nadie, jugando a las escondidas junto a otras niñas que compartían su estancia entre las Maestras que regían aquel lugar sagrado. Aquellas pequeñas pertenecían a una progenie de antiguas sacerdotisas, dedicadas a la educación de futuras mujeres dispuestas a concebir. Para poder acceder al Templo, las niñas tenían que atravesar pruebas muy exigentes y solamente algunas podían superarlas. Eran entregadas por sus propias madres al poco tiempo de nacer. A medida que les realizaban un minucioso estudio físico-astrológico que duraba semanas enteras, eran aceptadas o devueltas a sus hogares. Educadas principalmente en el arte de la no mente, algo que muy pocas personas podían comprender debido a que la inmensa mayoría vivía aferrada a su universo de pensamientos; también se les enseñaba a tener la conciencia para estar despiertas observando cada pensamiento. Centradas en el momento presente, la mente era apartada hacia un costado para tener acceso al poder de la inteligencia, que aparecía al observar el proceso del pensar, logrando estirar el espacio existente entre dos pensamientos.Además practicaban ejercicios espirituales, elaboraban artesanías, tenían lecciones de canto, danzas, pintura, y hasta conocían el rumbo de las estrellas. Desde muy pequeñas se les mostraba que la mente era una herramienta para ser utilizada y ellas comprendían la importancia de aprender a manejarla para no caer bajo su poder negativo. Aquellas enseñanzas de diferentes escuelas venían aplicándose desde todos los tiempos.Marlek salió del silencio y habló con determinación.-¿Cuál será el destino de Krishan? –preguntó un tanto angustiada.-Cada niño que nace trae consigo el sino de su alma. Siento que éste pequeño tiene algo especial que vibra en su interior; una fuerza que lo hará viajar, incluso trascendiendo las ideologías y creencias religiosas que separan al hombre. -dijo Zoyara.-¡Ya veo! ¿Se convertirá en un buscador? ¿Viajará hacia lugares profundos del ser humano?- insistió Marlek.-Krishan, será él mismo ante todos. No puedo adelantarte mucho más, pero haber nacido en Kumer no es casualidad. En esta aldea nos encontramos apartados del caos que vive el hombre común. Entre ellos, aún veo seres muy primitivos, sobre todo la gran mayoría de los líderes que corrompen al pueblo. La realidad actual que vemos en las afueras de nuestra región no me deja mentir. Las imágenes del espanto son bien reales, como si todo fuese la proyección de un filme siniestro y sin embargo es fruto de nuestra brutalidad. -concluyó Zoyara.-Es verdad lo que dices. ¡Es increíble! Siendo todos seres humanos pertenecientes a una misma especie y nos dañamos a nosotros mismos.- dijo Marlek mirando a su Maestra.-Se trata de la bestialidad que el hombre lleva dentro como un rasgo primitivo que aún les cuesta superar. Por eso nosotras hemos elegido este arduo camino, que como sabrás no es para nada fácil. – sentenció con voz grave.Aún recostada en su cama, Marlek reflexiona: “ Veo que hay millones de hombres y mujeres que viven de una forma mecánica, llevando una vida aburrida y sin brillo, cansados de tanta rutina, esclavizados por aquel sistema que moldea la forma de pensar de aquellos que se quedan en la apatía colectiva. Veo que no pueden reaccionar porque están hipnotizados por un trabajo artesanal de siglos y siglos de condicionamiento sobre la libertad del hombre. Y puedo percibir la incapacidad de quienes gobiernan el Mundo Gris.”Zoyara, sentada y con las piernas cruzadas, pensó: “En el silencio casi no se producen movimientos en mi mente; de tanto en tanto aparece un pensamiento como una ola irrumpiendo la quietud plegada sobre mí misma, diluida en el vacío donde se me revela algo, no se si podré explicarlo con palabras. Estoy sorprendida”En sus ojos de Maestra se nota el brillo de las mujeres despiertas que están sobre la tierra para marcar ciertos designios. Marlek fue una mujer muy afortunada por haber tenido la asistencia de Zoyara, ésta lo sabía, en su corazón de maga se halla la verdad con respecto a Krishan y todo había sido sabiamente preparado.En el centro del cuarto, bajo un farol herrumbrado que ardía con aceite aromático Zoyara le habló:-Querida Marlek, hay algo que tú no sabes sobre este nacimiento.- dijo contemplando el color de las castañas en su pelo.-¿A qué se debe tanto misterio? ¿Puedo saberlo?– preguntó Marlek.Terminando un par de anotaciones en un ajado cuaderno la Maestra le respondió:-Krishan trae consigo la Marca del Fuego Antiguo.-¡La Marca del Fuego Antiguo! - repitió Marlek-. No comprendo. ¿Tiene alguna relación con el resplandor dorado que pude ver en medio de mis dolores cuando ingresaba por la ventana?-Esa luz, amada Marlek, trajo el anuncio de un niño que tendrá la oportunidad de realizar uno de los mayores viajes. Hubo diversos nacimientos parecidos a éste atravesando la historia de la humanidad, muchos prosperaron hasta alcanzar niveles de entendimiento inconcebibles para simples mortales, otros se quedaron en el olvido.-dijo Zoyara.-No respondiste a mi pregunta –. Insistió Marlek con sus pómulos pintados de crepúsculos.-La Marca del Fuego Antiguo es el sello de sabiduría que traen estos niños. La belleza pacificadora del resplandor dorado terminó de convencerme. Es todo lo que puedo decirte por el momento. -Concluyó Zoyara.-Creo que algo puedo entrever –susurró Marlek.- Al poco tiempo se quedó dormida.

LA ISLA NOCTURNA (Capítulo 2)


Recostado en la plaza, bajo la fresca de los árboles, Krishan goza de la existencia en un acto tan simple como respirar el aroma de las flores que lo embriagan. Tendido sobre la hierba contempla el vuelo de las nubes imaginando historias que surcan por el cielo. Mezclado en una etapa entre la adolescencia y la adultez, camina por las calles de Kumer en otro estado. Siente como cantan los pájaros, admira el brillo de las estrellas, pequeñas perlas incrustadas en la noche. Y mantiene largas conversaciones con seres de otras realidades.
Su entrañable amigo Santiak lo acompaña en casi todas sus aventuras. Juntos, recorrían la comarca por todas partes, no había rincón que no conocieran. Sentados a la vera del camino, donde el río forma una pequeña bahía, Santiak le habló.
-Hace mucho tiempo que no visitamos a nuestro viejo amigo Rafael.
-¿Y que estamos esperando? Vamos a preparar lo necesario y salimos mañana, cuando apenas amanezca. Tenemos un largo trecho hasta la Isla Nocturna. Paraíso de los pescadores -dijo Krishan a media voz-. Allí, los lugareños aún fabrican sus propios anzuelos de forma ancestral.
Entusiasmados por la idea del viaje hacia la isla, se fueron a dormir bien temprano. Les esperaba una jornada agotadora, al menos un día y medio de marcha. Rafael siempre disfrutaba de sus amigos. La pesca era su pasión.
En Kumer, bajo la pasmosa tranquilidad característica durante casi todos los días del año, salvo cuando llega el Fabuloso Circo Mágico; detrás del escenario que parece real, existe un caldero realizado por quienes pretenden transmitir la fragancia de la transformación social, que bulle a fuego lento con burbujas de sabiduría que ascienden al cielo
Rafael los recibió como siempre, ofreciéndoles todo su afecto. En la vieja canoa, construida por las expertas manos del anciano, se internan en el cauce acuático que los conducirá hacia la Isla Nocturna. A medida que avanzan penetrando en la oscuridad del río, los peces saltan como fósforos encendidos. El aullido de los monos desvelados por la presencia humana asusta a los jóvenes.
-No teman –dijo Rafael con voz ronca-. Gritan porque tienen miedo de nosotros. Los cazadores les han dejado una huella sangrienta entre ellos. Todavía recuerdan las matanzas de animales que luego comercializaban. Es el lamento del mono bramador que gime de espanto ante la llegada del hombre.
-¡Recuerdan!– exclamó Santiak
- Si, aunque muchos no lo crean y otros duden. No es la primera vez que el hombre extingue una especie animal. A su paso ha dejado una larga lista de exterminios. Como pretenden hacerlo con las crías de focas que matan a garrotazos, entre otros animales amenazados por la avaricia cruel del ser humano. Todo esto para que algunas mujeres se vistan de gala y llenen en apariencia el tremendo vacío existencial.-sentenció Rafael.
Los remos penetran el agua abriendo surcos invisibles. El canto de los grillos despide a la noche. Las márgenes del río Tahal comienzan a despintarse. Una bandada de patos cruza el cielo. El murmullo de la espesura trae sonidos desconocidos. Croar de ranas metálicas, loros azules que vuelan entre los árboles, toda clase de animales que despiertan. La selva cruje su canto. La canoa sigue avanzando lenta, lo hace durante horas interminables hasta que de pronto, una pequeña isla surge en medio del río. Habían llegado.
Una vez instalados bajo la choza improvisada por Rafael, Construida con palos y hojas de plátanos, encendieron un fuego para calentar un poco de agua y tomar unas infusiones. Las líneas de pesca estaban tendidas, sólo había que esperar. El sol brilla como un dios. El calor comienza a presionarlos. Ellos sienten una dicha inmensa. Con sus ojos negros como la noche que se había retirado, Santiak arremetió con una pregunta que tenía guardada desde hacía mucho tiempo.
-¿Es verdad lo que dicen sobre la realidad de Kumer?
Alisando su barba blanca, Rafael le respondió:
-La realidad de la actual civilización del hombre gris había activado la creación de Kumer. Se trata de una aldea que se encuentra pasando los límites de la frontera entre la realidad y la ficción. Sólo pueden llegar aquellos que comienzan a despertar. Se halla apartada de aquél mundo en peligro. Funciona desde otro plano. Existe muy cerca de la conciencia. No figura en los caminos tradicionales del ser humano.
-¿Si todas las rutas de acceso permanecen invisibles para los hombres que pretendan alcanzarla cómo harán para encontrarla?– siguió preguntando Santiak.
-Es imposible que puedan lograrlo si continúan mirando con las vendas impuestas por aquél sistema. – replicó Rafael.
-No logro comprender. – dijo Krishan.
Caía la noche, las chozas que se veían a la distancia encendían sus faroles. El cielo encapotado de nubes, ocultaba las figuras de algunas embarcaciones regresando con la pesca. Pasaban sigilosas.
Los amigos se miraban como queriendo comprender las palabras del viejo Rafael. Se daban cuenta que él era parte de las personas que en Kumer se reunían formando pequeños núcleos de enseñanzas distribuidos en diversos puntos de la comarca, y en otras regiones del mundo, funcionando con resguardo de quienes ostentaban las zarpas del poder.
Sentados formando un semicírculo en torno al fuego, Santiak habló con voz pausada.
-Entonces según tus palabras, quiere decir que la verdad con respecto de la ubicación de Kumer, tiene que ser descubierta por cada persona que quiera salirse del Mundo Gris.
-La conciencia es el camino más directo hacia Kumer.- finalizó Rafael.
Luego se incorporó, fue hasta la orilla, tomó la caña y notó que el cordel estaba muy tenso. Con un pequeño tirón hacia atrás, clavando el anzuelo en un pez distraído, la cena estaba asegurada.